Con la evolución de la especie, y el incremento de la complejidad de las tareas que debía acometer para adaptarse al medio y desarrollarlo, surgió la necesidad de la acción mancomunada para lograr los propósitos deseados, lo que creó las condiciones para el surgimiento de la dirección como actividad humana.
El
desarrollo de las fuerzas productivas y la división social del
trabajo determinaron el surgimiento de relaciones cada vez más
complejas que dieron origen a la formación de las organizaciones,
donde la satisfacción de una necesidad económico-social sirve de
eje central para la creación de un sistema de estructuras y
relaciones que propician el trabajo colectivo en aras de un objetivo
común.
El
sistema organizativo se define como un conjunto complejo de
estructuras o sistemas superpuestos que tienen una finalidad
determinada. Este sistema artificial, creado por el hombre para
satisfacer una necesidad específica, tiene carácter cibernético o
autorregulado, lo cual implica que es capaz de mantener el equilibrio
de sus parámetros fundamentales sin intervención externa alguna, o
sea, es capaz de mantener su estabilidad dinámica
Los
sistemas organizativos u organizaciones, tienen un carácter
eminentemente social, ya que el hombre es, además de su componente
básico, su portador, por lo que constituye una necesidad objetiva
para el desarrollo del mismo, ya que es, de esta forma, que el hombre
crea su base material de vida, sobre la cual descansa toda la
superestructura politica y cultural de la propia sociedad.