La noción de Excelencia Organizacional surge como un ámbito
conceptual y estratégico en las ciencias de la administración en la década de
1980, que se caracterizó por el impacto de tres nuevos modelos teóricos de la
administración, estrechamente vinculados. El primero de ellos fue el
"milagro japonés" y el énfasis en la calidad (desde Shigeru Kobayashi
1972 y William Ouchi 1982). El segundo, derivado en gran medida del anterior,
fue el exitoso "best-seller' de Peters y Waterman (1984) sobre la
excelencia de las organizaciones. El tercero se centra en las propuestas de los
estudiosos de la cultura organizacional, como Eva Kras
(1990).
En este contexto, de acuerdo con J.L. Pariente (1993), los
intentos por establecer una teoría general de las organizaciones han ido
convergiendo, poco a poco, en una visión a nivel macro de las organizaciones
como entidades socioculturales en las que actúan los procesos administrativos.
La teoría de las organizaciones pretende, como cualquier teoría científica, establecer un cuerpo de
conocimientos de validez universal. Universalidad que surge al depender la teoría,
como todas las demás propuestas científicas, de un paradigma o marco de
referencia, que en el caso de las organizaciones está conformado por las
variables, tanto externas como internas de las organizaciones y su entorno, así
como de sus interrelaciones. Propone, por tanto, la utilización de modelos
consistentes con su circunstancia específica, de manera que se establezca una
relación funcional entre las variables externas, la tecnología y la cultura,
con las variables internas de la organización, ya sean estructurales o de procesos.